La motivación del grupo es la energía de cualquier empresa. Las mismas personas y los mismos objetivos, con las mismas herramientas, obtienen muy diferentes objetivos si se logra tener motivación o si esta flojea. Incluso sabemos que la motivación es más importante que el salario que se recibe, para lograr que las personas entreguen más y mejores resultados.
Por ello rescatar del olvido la retribución variable según objetivos es algo fundamental, pero hoy hoy casi se ha olvidado, aplicando el concepto de “viejo” a un sistema que funcionó muy bien en otras décadas.
Si los salarios variables han funcionado muy bien y desde siempre en las áreas comerciales, no tiene ningún sentido que no se intente lo mismo con las áreas productivas.
Por eso los directivos de cualquier empresa, además de saber muy bien el oficio del que se van a ocupar, tienen que tener la capacidad para saber motivar, para detectar pérdida de motivación, de solución de problemas internos, de inteligencia emocional de grupo.
Se dice que cuando una empresa va bien la dirige una persona que sabe utilizar la psicología de grupo y si hay que reforzar los puestos directivos se recurre a personas psicólogas o técnicos en RRHH con perfiles similares. Y que si la empresa va mal se recurre a los abogados. Diferentes conceptos de trabajo, sin duda.
Las capacidades emotivas de las personas deben conocerse y trabajarlas, como hoy es imprescindible tener capacidad de conocer la multiculturalidad, para saber motivar a los grupos. Pero además los nuevos directivos deben ser austeros en sus formas de vida, deben saber emplear el sentido común y buscar permanentemente procesos de mejora en los sistemas de trabajo, en los resultados y en las relaciones con las personas.
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